Los localizadores de cables, también conocidos como radiolocalizadores o detectores electromagnéticos, permiten identificar la ubicación de cables eléctricos y tuberías metálicas de forma no invasiva, en prácticamente cualquier tipo de terreno.

En realidad, estos dispositivos no detectan directamente los cables o tuberías, sino los campos electromagnéticos generados a su alrededor. Estos campos son producidos por la corriente que circula por los cables o que se induce externamente en las tuberías metálicas. Cabe destacar que este tipo de señal no se ve afectada por el aislamiento del cable ni por las características del subsuelo.

La corriente responsable del campo magnético puede ser la propia corriente activa del cable (cuando el sistema está en uso), o puede ser inducida mediante un generador externo. Dependiendo de la fuente del campo magnético, distinguimos dos modos de detección:

• Modo pasivo, cuando se detecta el campo natural generado por el servicio en funcionamiento.

• Modo activo, cuando se aplica una señal específica desde un generador para facilitar la detección.